22. Dilucidar

Aclarar y explicar un asunto, especialmente si es confuso o controvertido, para su posible resolución.

(RAE, 2021)
Nombre de la fotografía: Juventud

Las cientos de hojas regadas en mi habitación me hacen pensar en los innumerables poemas que intenté escribirte sin éxito. Soy un fracaso en la poesía, pero eso ya lo sabías y, aún así, día a día me animaste a seguir adelante con este sueño absurdo. Creí que el sacar la guitarra que me regaló mi abuelo, tocar un par de acordes que formaban una bella melodía con diferentes ritmos sería la parte más complicada, pero, en cuanto vi la hoja vacía frente a mí, salí corriendo de la habitación.

Lo intenté cientos de veces y, como el papel no funcionó, lo intenté en la computadora unas decenas de veces más, pero, con cada palabra que escribía, borraba las cinco que ya tenía del verso anterior. Mi ser interior afirmó que en el celular sería mucho más sencillo, pero ese también fue un error. La tentación era demasiado grande y siempre terminaba por salir de mi bloc de notas y correr a algo más sencillo: los mensajes de texto, las publicaciones en redes sociales, escuchar chismes que no tenían que ver conmigo; cualquier cosa servía con tal de que me ayudara a escapar.

El caos en mi cabeza continúa. Hay tantas cosas que quiero escribirte, tantos sentimientos que compartir, tantos momentos por recordar que simplemente las palabras se quedan cortas. La palabra con A sería mi respuesta más obvia, la solución a todos mis problemas. ¡¿Por qué no puedo decírtela?! Los libros de romance que odiamos juntos, pero que de una u otra forma terminamos leyendo o, al menos, enterándonos de lo que sucede, afirman que mencionarla es el ultimo paso. Es el final del capítulo. Es el mismo final del libro. Me niego.

¡Ah! ¡Qué frustrante! Le hemos dado tanto peso a una palabra claramente sobrevalorada. Una palabra como cualquier otra, pero lo que marca la diferencia es que esta es una palabra que bien podrías mencionar a diario el resto de tus días o bien podrías condenarla como un tabú; una palabra que puede unir personas, pero también puede separarlas; una palabra que puede marcar el inicio de la felicidad o bien, condenar a un alma por por la eternidad.

Hoy, cuando cruces esa puerta, yo estaré fingiendo que estoy concentrada, de nuevo, en las hojas en blanco, enfrascada en la misma melodía que no logra salir de mi cabeza. Entonces tú te acercarás, besarás mi frente como cada vez que llegas del trabajo. Cenaremos, dormiremos y, cuando ya te hayas quedado dormido, volveré a practicar hasta que mi almohada, cansada de escuchar siempre la misma cantarela, y con un poco de suerte, te lo susurrará de la misma manera en la que lo estoy haciendo ahora.

Te amo. Te amo. Te amo.

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