Que presenta dos interpretaciones o dos valores, frecuentemente opuestos.
(RAE, 2021)
Fue hace mucho tanto tiempo…
No mientas fue apenas hace unos meses.
Ella sonrió. Sonrió como nunca lo había hecho desde que descubrió lo que era el amor.
Falacias. Su sonrisa, hipócrita, sólo era por la costumbre, un reflejo automático ante la sarta de mentiras.
Su rostro lo demostraba. Era feliz cada vez que sus cuerpos entraban en contacto, o cuando saboreaba sus labios, o cuando sujetaba su mano con fuerza, o cuando no paraba de susurrarle lo mucho que la amaba.
Mientes de nuevo. Cada que la tocaban, sentía repulsión. Cada que la besaba, sólo presionaba sus labios y ojos conteniendo las ganas de llorar. Cada que sus manos estaban juntas, contuvo las ganas de gritar por la fuerza con la que lo hacía. Cada que hablaba, sus palabras se clavaban directo en su corazón y, lo único que sentía era un odio puro y enfermizo.
Cuando su familia celebró el anuncio del compromiso, todo el mundo chocó sus copas, estalló a carcajadas y celebraron juntos hasta que sus cuerpos no pudieron soportar más el cansancio.
¡Esas lágrimas nunca fueron de felicidad! Ella gritaba con la mirada, pero nadie parecía escuchar, y, a pesar de estar rodeada de gente que en algún momento dijo amarla y protegerla incondicionalmente, se sentía sola y desamparada, sin ganas de volver a ver la luz del día.
Si era tan feliz, ¿por qué decidió terminar con su vida? ¡¿Porqué abandonó a su familia?!
Nunca fue feliz y nadie nunca lo supo ni mostró interés.
Papalotes y palabras 